El guardiamarina Ángel Otón Martínez hace historia al cruzar a vela el Cabo de Hornos en Elcano
“Al tomar la voz en la guardia, contemplar el aparejo y ver este impetuoso mar me sentí el hombre más afortunado del mundo”.
Ángel Otón Martínez, 23 años, 14 de abril del 2000 en San Javier (Murcia). En 2018 se matricula en el Grado en Ingeniería en Tecnologías Industriales de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT). En 2019, ingresa en la Escuela Naval Militar de Marín (Pontevedra), donde acaba de terminar el tercer curso. Desde enero de este año y hasta julio, ha realizado su instrucción en el buque escuela Juan Sebastián Elcano, de la Armada Española.
Cuando Ángel Otón Martínez, guardiamarina del buque escuela Juan Sebastián Elcano, pisó por primera vez la cubierta, no imaginó que estaba a punto de embarcarse en un viaje mítico hacia uno de los puntos más peligrosos del planeta.
Él y el resto de las casi 250 almas que componían la tripulación de este bergantín-goleta, de casi 95 años, iban a realizar una hazaña épica: atravesar por primera vez a vela el legendario Cabo de Hornos: El Everest de la navegación.
Enclave temido por sus islotes, peñas traicioneras e icebergs; por sus vientos huracanados, corrientes marinas y oleajes de vértigo. Nieblas, nevadas y temperaturas bajo cero que han causado a lo largo de estos siglos cientos de naufragios que superan la cifra de 10.000 marineros.
Vocación marinera
Esta aventura comenzó en su niñez: “Recuerdo que desde pequeño mi padre me hablaba de Elcano. ¡Hasta tengo un cuadro en casa!
Pasados los años y ya en la universidad, un día -comenta Ángel-, al salir de clase junto a un compañero de la sede de Industriales, vi entrar en el puerto de Cartagena, con sus remolcadores, nada menos que la F-103 Blas de Lezo, una de las fragatas más modernas de nuestra Armada y del mundo.
En esa época me asaltaban dudas sobre mi futuro y, al verlo, supe lo que debía hacer. Fue un momento de esos que hay quien pueda considerarlo casualidad o destino sin embargo, como creyente, sentí que fue intercesión de Dios”.
Se presenta a las prueba selectivas de ingreso en las Fuerzas Armadas
“Lo recuerdo como si lo hubiese vivido ayer. Había una página Web de Defensa en la que podíamos mirar cómo iba el desarrollo de la oposición, pero los resultados se retrasaban. Me pasaba las horas pegado al móvil, refrescando la página. El día que esperaba saber si estaba admitido me encontraba en Campoamor, en la playa. No me bañé por no soltar el móvil ni un segundo.
Cuando volví a casa estaba en el sofá sentado con mi hermana Mercedes y en ese momento lo publicaron.
Empecé a gritar como un energúmeno y fui corriendo a buscar a mis padres, Toñi y Ángel, y a mi abuela Dolores. Fue un momento de alegría inmensa ya que no estaba seguro de si entraría con mi nota. Más tarde se lo dijimos a mi hermano Ramón y al resto de familiares y amigos”.
En la Escuela Naval Militar
En la actualidad, soy alumno de tercer curso (guardiamarina de primero) de la Escuela Naval Militar de Marín, el único centro de formación de oficiales de la Armada.
Es una formación de cinco años y en tercero es cuando todas las promociones realizan un crucero de instrucción en Elcano, con el fin de obtener un contacto más intenso con nuestro medio y aprender la profesión.
Los primeros años se trabaja y se lucha para que por fin llegue el momento de embarcar y, a veces, sentía cierta incredulidad. Esos seis meses de crucero marcan la vida personal y profesional de todos los oficiales que han pasado por ahí.
Se cumple un sueño
El padre
La madre
El veterano ‘embajador y navegante’
Rumbo a la aventura
Temporales en alta mar
Cabo de Hornos
Calma tensa
Vuelta a casa
Regresamos a Marín el 12 de julio, el día anterior ya vimos las islas Cíes y las Ons. Me sentía en casa. Ese mismo día vi a mis padres. Al atracar y verlos sentí mucha emoción. Estaban emocionados y efusivos.Realmente, el ver que acababa el viaje me produjo una división de sentimientos. Por una parte quería estar con mi familia de nuevo pero, por otra, sabía que a mis espaldas se cerraba el que quizás fuese a ser uno de los mejores capítulos de mi vida. Esos últimos días, rondaba por mi cabeza aquella frase de Machado: “Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar”.
Video al final
Salve Marinera (feat. Eva Durán)
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